Y es así como renace esta historia, aquella que quedo alejada pero jamás olvidada y los pequeños la contaban y algunos incluso la cantaban, en versos y prosas se desmenguaba cada vez que según estado fuera menester, cuando aquellos que nos siguieron decayeron. Pues fuimos creadores del tiempo y el espacio, de nuestro tiempo en nuestros tiempos y de nuestro espacio en nuestros espacios. Creadores de lo absoluto y lo irreverente, en nuestro leguaje propio y en nuestros propios sentires.
Y sobre lo que vino puedo contar mucho, y estaríamos eras hablando, pero aquí dejaré impregnado que aquel momento nos revivió y los revivió. Insospechada la circunstancia, oculta la esperanza, nuestros propios guías se estremecieron al estar nuevamente nuestros cuerpos fusionados. Y fuimos felices y nos fueron, y al paso del tiempo coexistieron, quienes ahora trajeron consigo en antiguo laúd un canto intrépido de historias y hechos sin calor desecho en el inverso perpetuo de nuestros placeres concretos.
Viajamos ahora al lugar de donde provenían aquellos rumores, el camino es largo, pues una vida no basta.
::: Aporte de Edain :::
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