Casting de Musas

Caminando un día por la tarde, en una plaza donde nunca antes había estado. Pasa una joven, con audífonos y se sienta a leer, mueve reiteradamente su cabeza, 5 veces a la izquierda y luego 5 veces a la derecha, después de eso da vuelta la hoja, lo mismo que me demoraba en leer y ver algún catalogo de artículos electrónicos.

Me mira, por primera vez, y sigue leyendo esta vez tardo más de 5 veces en mover su cabeza en esa pagina, nose quizás no entendió alguna palabra, o tal vez le encanto esa parte del texto, en vola se sintió identificada. No lo se. Sin dudarlo me acerque y le dije;

Disculpa, Quieres ser Mi Musa?

-Oie se que No te conozco, por lo tanto se que Nome conoces, mira soy una persona que necesita desahogar ideas, puede sonar extraño, pero por favor no te vallas, ni pienses que estoy loco. Solo necesito una musa, y tú eres perfecta para el papel.
Es en serio, tu sonrisa no ase más que adjuntar deseos a tu mirada, eres muy bonita, y ya te imagino en mis pinturas, en mis dibujos y en mis letras. Ase mucho que perdí los colores, se fueron con las personas que más quería, entonces aceptas ser mi Musa?…

Bueno Así empezó la última vez que tuve una musa, ase meses que no me siento motivado, ando depresivo, sin ganas de nada, no quiero ir de nuevo a esa maldita plaza, me trae los recuerdos más lindos que te puedes imaginar, precisamente por eso que no quiero pasar nunca más por ese lugar. Por eso le pido por favor que usted ponga este aviso en el diario que circulara mañana…

El Director encargado del matutino, al ver la convicción de las palabras del joven, sin pensando siquiera titubearlo, hizo una llamada y antes de mandar a imprimir, incluye las palabras desquiciadas y a pesar de que las frases no tenian nada que ver con la línea editorial del periódico, accedió a incrustar el texto en una de las página. Pocas palabras. En una minúscula caluga del tabloide, los rodillos giraron e imprimieron las ideas.
Agradecido el joven, se dio media vuelta y tomo solo un ejemplar, leyó su texto, una y otra vez… hasta que caminando casi sin saberlo, llego a esa plaza maldita, donde empezó el cuento anterior, y cuidadosamente busco su nombre y el nombre de su antigua musa escritos con corrector, encerrados con un corazón, pesco el diario y subrayó sus palabras, con un gastado y esforzado lápiz Pasta Rojo.

“Busco Musas Inspiradoras, para ser utilizadas en mis Pinturas, Dibujos y Escritos. Pago con Amor y risas garantizadas, conversable. Contactar a Claudio 53711..”

Cuando la Musa indicada, leyó el texto, supo que esas letras le pertenecían, No dudo en llamar al número, simplemente llamo y ese día empezó una linda historia que se tradujo en las más grandes obras de Arte que recuerde ese Director de aquel conocido Periódico…